Me he animado a escribir esta entrada tras leer un «post» sobre las redes sociales virtuales.
El autor se preguntaba…
¿Por qué nos gusta tanto las redes sociales?
Hablando de las redes sociales virtuales. Este tema es algo que me llama poderosamente la atención.
Ante esta pregunta y desde mi opinión mi respuesta sería la siguiente.
Las redes sociales nos gustan porque somos animales sociales. Es algo, una necesidad que llevamos en nuestros genes. ¿Por qué nos gusta, cada vez más, las redes sociales virtuales? Por varias razones.
Por un lado por ese individualismo en la que nos educan desde hace bastantes décadas. Por otro lado, por la necesidad en la que nos inducen alejarnos de los demás buscando a los demás (contradictorio). ¿Cómo hacerlo? Buscan el individualismo en la diferencia sobre los demás. Llegados a este punto o aportas (sumas) o desprecias (restas). Visto que nuestra educación brilla por su ausencia tendemos a despreciar al prójimo y así logramos diferenciarnos. Depende de a quién y como se desprecie nos unimos a otros similares (contradicción) pero es ésta la necesidad.
No obstante, esto genera una necesidad interior grande. ¿Cómo cubrirla? Hay quién, además, busca en la religión, en la estética, en la frivolidad o en las redes sociales electrónicas.
Estas redes sociales electrónicas que son la herramientas para poder tener estas redes sociales virtuales y que sirven para proporcionar ese «algo» necesario para animales sociales, dan la falsa sensación de seguridad. Nos hacen creer que somos dueños, que mandamos sobre nuestro destino, nuestra información nuestras apetencias. Todo esto es falso.
Más falso que un euro de madera
Además se le suma otra variable, estas redes sociales electrónicas, por norma general, son redes sociales electrónicas privativas. Para ellas no somos más que clientes si pagas o mercancías si nos la facilitan «gratuitamente». Esto lleva a que seamos despojados de nuestra humanidad. Además nos unimos a esta deshumanizacion viendo a los demás individuos de la red social virtual como simple paquetes de datos.
Como son pero no son personas y nos sentimos muy seguros desde nuestro trono, no nos molesta contar nuestras intimidades en las redes. Poniendo los pies en la tierra es lo mismo que nos moleste que nuestro vecino nos mire mal (algo querrá) pero cuando entramos en casa y cerramos con llave la casa abrimos las ventanas, activamos cámaras y empezamos a emitir al público hasta el color se la ropa interior.
Totalmente enajenados.
Existen redes libres sociales electrónicas libres soportadas por los mismos usuarios que permiten ser personas y no usuarios o sacos de billetes o de datos. Estas redes permitirían el crecimiento personal, alejándonos de ese desprecio al que nos llevan, sin que la codicia de terceros estuvieran por medio. Lamentablemente el desear crecer como persona se observa como una debilidad, normal que se vea así ya que son problemáticos para un poder que desea corderos autómatas.
Somos hijos de nuestra época, en un tiempo de mentiras, falsedades, individualismo e irrealidad solo genera personas enajenadas.
Podemos estar al borde de una guerra mundial o Europea pero aquí sólo nos molesta que tu equipo «compre» un jugador (ojo con la deshumanizacion).
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