Bendita sea la luz y la Santa Vera Cruz
y el Señor de la verdad y la Santa Trinidad.
Bendita sea el alba y el Señor que nos la manda.
Bendito sea el día y el Señor que nos lo envía.
Fuente
Creyente o no, creyente a mi manera quizás. Lo cierto es que desde 1992 esta plegaria se me quedo marcada.
En la Exposición Universal de Sevilla en el pabellón de la navegación, si no recuerdo mal. Pasabas por una cinta en la que podías ver un réplica a escala de Sevilla de aquella época. Conforme te desplazabas la iluminación variaba haciendo pasar varios días. Coincidió que pasaba por la zona del puerto, donde había varias naos atracadas, cuando el alba hizo su aparición. Con ella comenzó esta plegaria.
Desconocía que esta fue la primera que se escuchó en el Nuevo Mundo. Lo cierto es que he escuchado muchas oraciones de distintas religiones que me han resultado especiales. Esta me transmite un sentimiento de esperanza y angustia, de alegría y tristeza. Lo cierto es que no se explicar bien el sentimiento. Es como si me sintiese unido al que ora más allá de las creencias, del tiempo y el espacio que nos separe. Puede que sólo sea la impresión de aquel día y si es así, siempre me resultará curioso como se pueden convertir en eternos algunos segundos de nuestra vida.
¡Feliz día, sea quién sea quien nos lo envía!
Deja un comentario